Ingres

 

El Museo del Prado organiza la primera gran retrospectiva en España de Jean-Auguste-Dominique Ingres (Montauban 1780 – Paris 1867), gracias a los préstamos excepcionales del Museo del Louvre, del Museo Ingres de Montauban, del Petit Palais de Paris. La obra de Ingres, anclada en el academicismo sólo aparentemente, constituye sin duda un jalón esencial hacia las revoluciones artísticas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Descendiente de Rafael y de Poussin, su obra es a la vez anunciadora de Picasso y de las distorsiones anatómicas; inspirando la renovación de las escuelas europeas del siglo XIX, especialmente de la española. La exposición presenta un desarrollo cronológico preciso de la obra de Ingres y atiende de manera muy específica su compleja relación con el arte del retrato, construida a través del rechazo y de la admiración, y que se confronta con su ambición constante por ser reconocido, en primer lugar, como un pintor de Historia. Frente al tratamiento del desnudo masculino, heroico y marcial, que había aprendido de David, Ingres se adentró en ese género únicamente a través de la pura carga erótica contenida en la belleza del cuerpo femenino, sin obedecer a los cánones estéticos del desnudo académico.