En París, el museo Jacquemart-André dedica la primera retrospectiva en Francia desde hace casi 20 años al pintor Georges de La Tour (1593-1652), cuyos claroscuros le hicieron famoso en vida y tras su redescubrimiento a principios del siglo XX. Esta exposición reunirá un conjunto excepcional de obras del maestro, cedidas especialmente por colecciones públicas y privadas francesas y extranjeras, son especialmente insólitas dada la escasez de lienzos autenticados.

La exposición propondrá una relectura de la carrera de Georges de La Tour, tratando de arrojar luz sobre las interrogantes que aún rodean su obra y su trayectoria. A pesar de la escasez de originales que han llegado hasta nosotros, el arte de Georges de La Tour ha dejado una profunda huella en la historia del arte. Con su sutil naturalismo, la pureza formal de sus composiciones y su intensidad espiritual, supo crear un lenguaje pictórico de gran fuerza emocional, capaz de atravesar los siglos. Esta exposición ofrecerá así la oportunidad de redescubrir a uno de los artistas más fascinantes del Gran Siglo, en toda la riqueza y complejidad de su obra.

Stockton-on-Tees, Preston Park Museum and Grounds
Con una treintena de lienzos y obras gráficas, la exposición adopta un enfoque temático destinado a captar la originalidad de Georges de La Tour. El recorrido explorará sus temas predilectos —escenas costumbristas, figuras de santos penitentes, efectos de luz artificial— al tiempo que sitúa su vida y su obra en el contexto más amplio del caravaggismo europeo, en particular el de la influencia de los caravaggistas franceses, loreneses y holandeses.

Washington, National Gallery of Art
Más que una imitación directa de las lecciones de Caravaggio, la singularidad de la obra de Georges de La Tour radica en su interpretación personal del claroscuro, alimentada por un realismo radical y una intensa espiritualidad que confieren a sus composiciones una modernidad atemporal.