Kupka: pionero de la abstracción

 

El Grand Palais dedica una retrospectiva excepcional que repasa el recorrido de Frantisek Kupka; sus comienzos marcados por el simbolismo y su evolución gradual hacia la pintura abstracta de la que será uno de los pioneros. En un recorrido a la vez cronológico y temático, la exposición Kupka: pionero de la abstracción presenta más de 300 pinturas, dibujos, grabados, libros y documentos que evocan la vida del artista y revelan su personalidad, comprometida y singular. La exposición nos lleva al descubrimiento de su trayectoria artística e intelectual, y nos sumerge en un mundo rico en colores, formas y movimiento, y pone de relieve los momentos clave de la creación de Kupka: las obras simbolistas, los primeros retratos expresionistas parisinos, la transición a la abstracción en 1912 y la abstracción geométrica final, mientras se evocan episodios menos conocidos, como el período «maquinista» de 1920.

Planos por colores (Mujer en triángulos), 1910-1911, Kupka, París, Centre Pompidou

Planos por colores (Mujer en triángulos), 1910-1911, Kupka (París, Centre Pompidou)

Nacido en 1871 en Opocno, Bohemia (antiguo Imperio austrohúngaro) y fallecido el 24 de de junio de 1957 en Puteaux, en Hauts-de-Seine, Kupka es una de las figuras más importantes de la abstracción que emerge a principios del siglo XX. Sin embargo, su obra no se detiene ante el solo rechazo de la representación tradicional; ella nos proporciona una historia de la abstracción que toma como fuente el simbolismo vienés alimentado de un patrimonio espiritual y filosófico propio de la Europa Central. Incluso explorando la evolución científica y técnica que abre la mirada a lo desconocido, esta abstracción se impone como una poética moderna del color. El recorrido de la exposición que repasa la trayectoria de Kupka, desde finales del siglo XIX hasta la posguerra, permite comprender las etapas de esta transformación. El color, que conserva su carácter representativo en los primeros retratos parisinos, se convierte en portador de emociones físicas y fisiológicas, para más tarde convertirse en el instrumento del dinamismo, antes de simplificar la pintura mediante la eliminación del sujeto para reinar sola. Este lenguaje geométrico universal, afirma el cuadro como fragmento de un mundo de armonía, donde la frontera entre lo visible y lo invisible es abolida.