Oskar Kokoschka

 

El Kunsthaus Zürich presenta la exposición Oskar Kokoschka, expresionista, migrante y ciudadano del mundo, con la primera gran retrospectiva de su obra en 30 años en Suiza. Entre las 200 obras presentadas, destacamos especialmente el tríptico monumental titulado La saga de Prometeo y el Fresco para Alma Mahler, que se exhiben por primera vez en Suiza. Al igual que Francis Picabia y Pablo Picasso, Oskar Kokoschka (1886-1980) fue parte de esta generación de pintores que se mantuvo fiel a la pintura figurativa, mientras que la abstracción reforzaba su predominio después de la Segunda Guerra Mundial. Si hoy en día se puede practicar la figuración y el arte abstracto sin guerras de trincheras ideológicas, también es gracias a ellos. Los artistas contemporáneos se identifican particularmente a Kokoschka. De manera explícita o implícita, pintores como Nancy Spero, Georg Baselitz, Herbert Brandl y Denis Savary se inspiran en su estilo expresionista. Admiran el gesto expresivo de su pincelada, saludan su apertura al mundo o comparten la actitud pacifista que impregna el trabajo, la vida y el legado del maestro vienés. Mucho después de su última gran presentación individual, en 1986, Kunsthaus propone dar a conocer a las nuevas generaciones de visitantes esta obra cuyo autor murió en 1980 a orillas del lago Leman y una parte importante de la sucesión que se encuentra en Vevey y Zurich.

Tríptico La saga de Prometeo - Apocalipsis, 1950, Oskar Kokoschka, Londres, Courtauld Gallery

Tríptico La saga de Prometeo – Apocalipsis, 1950, Oskar Kokoschka (Londres, Courtauld Gallery)

Exiliado, Kokoschka se convirtió en un ardiente defensor de la libertad, la democracia y los derechos humanos; un humanista cuyo obra deja espacio a los paisajes y a los niños, pero también a las metáforas y a las figuras mitológicas que recuerdan el horror de las dos guerras mundiales, sin olvidar el poder del amor y la belleza de la naturaleza. Es este lenguaje artístico de protesta política lo que hace que la singularidad de Kokoschka sea única e inconfundible.

Marianne - Maquis, 1942, Oskar Kokoschka, Londres, Tate Modern

Marianne – Maquis, 1942, Oskar Kokoschka (Londres, Tate Modern)