Mary Cassatt: embajadora del impresionismo

Una expatriada estadounidense

Mary Cassatt (Pittsburgh 1844 – Le Mesnil, Château de Beaufresne 1926) fue una de las más influyentes pintoras de la historia del arte y una figura ejemplar de la escuela americana de la segunda mitad del siglo XIX. Miembro de los impresionistas parisinos, pasó casi toda su vida en Francia, pero con el deseo de dar a conocer la pintura «moderna» en Estados Unidos, actuando como un inteligente y apasionado vínculo entre las dos orillas del océano. Mary, hija de una acomodada familia residente en Filadelfia, vivió en Europa desde niña. A los siete años, junto a sus cuatro hermanos, frecuentaba escuelas en Francia y Alemania: la muerte de uno de los hermanos, en 1855, llevó a la familia Cassatt a regresar a Filadelfia. A pesar del veto paterno, Mary quería ser artista: a los dieciséis años se inscribió en la Pennsylvania Academy of Fine Arts (1864-65), donde probablemente fue compañera de estudios del joven Thomas Eakins. Luego estudió en París y Parma en la Academia de Carlo Raimondi, y realizó numerosos viajes a España y los Países Bajos. Como tantos pintores de la segunda mitad del siglo XIX, recibió la influencia de Frans Hals y de los grandes maestros españoles del siglo XVII, evidente en sus primeros cuadros de colores oscuros y líneas fluidas.

En el palco, 1879, Mary Cassatt, Philadelphia Museum of Art.
En el palco, 1879, Mary Cassatt, Philadelphia Museum of Art.
Leyendo el Fígaro, 1878, Mary Cassatt, Colección privada.
Leyendo el Fígaro, 1878, Mary Cassatt, Colección privada.

El encuentro con la obra de Degas

El primer éxito de Cassatt y auténtico giro en su carrera, fue una pintura de tema español expuesta en el Salon de 1873, muy próxima a Manet y el recuerdo de Goya. En 1875, Mary se trasladó definitivamente a París: en esa época tuvo lugar su encuentro decisivo con la pintura de Degas, del que vio por primera vez algunas obras expuestas en el escaparate de una galería. Para Mary fue un flash: «Estaba con la nariz pegada al escaparate, tratando de absorber cuanto podía de su arte. Aquello cambió mi vida». Mary Cassatt aprendió de los impresionistas a asistir a los teatros y a representarlos; influenciada en particular por Edgar Degas, quien la convenció de apartarse del estilo académico oficial de los Salones y unirse a ellos. La atención de Mary Cassatt a las emociones y a esa sutileza psicológica, típicamente femenina, que la lleva a pasar del simple retrato a la evocación de una situación compleja, está siempre presente en su obra. En el cuadro En la ópera de 1880, la protagonista del lienzo es muy probablemente Lydia, la hermana del artista, que se había trasladado a París en 1877. La joven, concentrada en el escenario, es contemplada a su vez por un hombre que aparece en segundo plano, más interesado en la espectadora que en el espectáculo. Se trata de un cuadro espléndido que puede compararse, sin demérito, con las escenas de teatro de los más grandes maestros franceses, desde Renoir hasta Degas. El perfil afilado y el encuadre fotográfico recuerdan a Degas, pero hay muchas alusiones al dibujo de Honoré Daumier.

En la ópera, 1880, Mary Cassatt, Boston, Museum of Fine Arts
En la ópera, 1880, Mary Cassatt, Boston, Museum of Fine Arts.

La amistad con Degas y otros pintores del grupo de los Indépendants fue causa también de algunos disgustos: el cuadro Niña en un sillón azul, una de sus obras más célebres, terminada gracias a la intervención directa de Degas en la pintura del fondo, fue rechazada por el comité del Salon de 1878. «Degas me ha dado consejos para el fondo e incluso lo ha pintado en parte». De ese modo, subrayaba Mary Cassatt el papel directo desempeñado por el gran pintor en esta tela, punto de «no retorno» en la carrera parisina de la artista estadounidense. Con espléndido sentido de la composición, Cassat plantea una tela de formato insólito, descentrada, asimétrica y sin embargo dotada de un íntimo equilibrio. La obra supuso para Cassatt el abandono de los temas literarios y folclóricos de los años anteriores y su decisiva participación en el grupo de los impresionistas.

Niña en un sillón azul, 1878, Mary Cassatt, Washington, National Gallery
Niña en un sillón azul, 1878, Mary Cassatt, Washington, National Gallery.

La perspicacia de Mary Cassatt para representar momentos ordinarios y al mismo tiempo destilar las emociones, es evidente en el cuadro de 1881 Mujer y niña en un carruaje, que representa a tres figuras arrulladas en un silencioso ensueño por un paseo en carruaje. El cuadro, que antes se titulaba simplemente «Conduciendo», representa un paseo por el Bosque de Boulogne, un gran parque arbolado situado al oeste de París. La conductora del carruaje es Lydia Cassatt, hermana de la artista, y la niña sentada a su lado es Odile Fèvre, sobrina del pintor Edgar Degas. El joven de aspecto aburrido no ha sido identificado. Asociada habitualmente a los interiores domésticos y a la vida privada de mujeres y niños, Cassatt explora aquí un escenario exterior y el grado de autonomía del que gozan las mujeres de clase alta. Las hermanas Cassatt disfrutaban paseando por el parque, especialmente después de 1879, cuando la familia adquirió un pequeño carruaje y Bichette, el caballo parcialmente representado aquí. A Cassatt le preocupaba tan poco la anatomía como la representación del movimiento. Al igual que Degas, no dudó en ocultar parcialmente el caballo y el carruaje para hacer más efectiva la composición.

Mujer y niña en carruaje, 1881, Mary Cassatt, Philadelphia Museum of Art
Mujer y niña en carruaje, 1881, Mary Cassatt, Philadelphia Museum of Art.
Otoño, retrato de Lydia Cassatt, 1880, Mary Cassatt, París, Musée des Beaux-Arts
Otoño, retrato de Lydia Cassatt, 1880, Mary Cassatt, París, Musée des Beaux-Arts.

Mujeres, niños y estampas japonesas

Aunque nunca tuvo hijos (o tal vez por eso), la pintora dedicó algunos de sus mejores cuadros a los niños, a los que representó con una dulzura sin igual y una intensa implicación emocional. En Fillettes jouant sur la plage (Niñas jugando en la playa), de 1884, Cassatt adopta un punto de vista muy cercano, centrando la atención del espectador en las dos niñas. El fondo bidimensional se asemeja al de las estampas japonesas, que tanto le gustaban a la pintora – y que inspiraron también a compatriotas suyos como Whistler. En 1884, Mary Cassatt acompañó a su madre convaleciente en un viaje a España, y es probable que situara allí este cuadro. Otro de los temas preferidos de Mary Cassatt es la relación entre madre e hija, a menudo entendida como una comparación entre una delicada infancia todavía en ciernes y una floreciente vida de joven adulta. En El baño del niño, Mary Cassatt aborda el tema por el que es más conocida -las mujeres y los niños- al tiempo que experimenta con elementos compositivos del arte japonés. Esta obra es la culminación de su búsqueda de un espacio pictórico aplanado y de motivos decorativos. La escena íntima de la vida cotidiana también se hace eco aquí del tema de muchos grabados japoneses. Es característico el tipo casi «oriental» de las dos figuras, especialmente del niño. Otro rasgo característico es la marcada perspectiva de la escena, vista desde abajo.

Niñas jugando en la playa, 1884, Mary Cassatt, Washington, National Gallery
Niñas jugando en la playa, 1884, Mary Cassatt, Washington, National Gallery.
Joven madre cosiendo, 1900, Mary Cassatt, Nueva York, Metropolitan Museum of Art.
Joven madre cosiendo, 1900, Mary Cassatt, Nueva York, Metropolitan Museum of Art.
El baño del niño, 1891-1892, Mary Cassatt, Chicago, The Art Institute
El baño del niño, 1891-1892, Mary Cassatt, Chicago, The Art Institute.

En Paseo en barca, la atención de la pintora se centra en las expresiones de la madre y el niño, que interpreta con extraordinaria naturalidad. La escena tiene lugar en Antibes, donde Mary Cassatt solía alojarse durante sus vacaciones de verano. El paisaje del fondo está dibujado con rápidos trazos de color. El plano, muy cercano, da al espectador la sensación de estar en el barco y participar activamente en la escena. Los gestos de los brazos y las piernas indican la tensión física del remero, mientras su mirada concentrada sigue atentamente los movimientos de las olas y la dirección del viento. El punto de referencia estilístico de Paseo en barca son las telas con excursiones dominicales y regatas en el Sena de los impresionistas (por ejemplo En la barca de Manet, hoy en el Metropolitan Museum de Nueva York, cuya compra aconsejó la propia Mary Cassatt); por otra parte, las anchas y precisas zonas de color y el agudo sentido del dibujo recuerdan una vez más las estampas japonesas. En 1890, Mary Cassatt había visitado una gran exposición en la Escuela de Bellas Artes de París con más de setecientos grabados japoneses en color; en una carta a su amiga y pintora Berthe Morisot, lo describía así: «No puedes imaginar nada más maravilloso… he entrado en éxtasis».

Paseo en barca, 1893-1894, Mary Cassatt, Washington, National Gallery
Paseo en barca, 1893-1894, Mary Cassatt, Washington, National Gallery.
La carta, 1890-1891, Mary Cassatt, Chicago, The Art Institute
La carta, 1890-1891, Mary Cassatt, Chicago, The Art Institute.

Cassatt y el mercado estadounidense

En 1877, los padres de Mary y su hermana Lydia se habían reunido con ella en París: gracias a su mediación, importantes familias de la élite económica y cultural estadounidense entraron en contacto con los impresionistas: se inició un floreciente vínculo entre el mercado artístico estadounidenses y los pintores franceses. Fue Mary Cassatt quien animó al gran marchante de los impresionistas Paul Durand-Ruel a organizar exposiciones en Estados Unidos y quien convenció a su hermano Alexander de que comprara los cuadros expuestos, para formar la primera colección importante de arte impresionista al otro lado del Atlántico. También asesoró las compras de Louise Waldron Elder, amiga personal de Mary Cassatt y esposa del gran coleccionista Henry Osborne Havemeyer, primer comprador de la obra de Degas en Estados Unidos. Los veranos en el jardín de una villa en Marly (durante las vacaciones los Cassatt tenían a Manet como vecino) hicieron más clara y luminosa la paleta de Mary que adquirió aún mayor vivacidad en las telas ambientadas en las playas de las localidades balnearias a las que Mary acompañaba a su madre. En torno a I890 el éxito de la pintora es completo, y la familia Cassatt se traslada a un espléndido castillo del siglo XVI, no lejos de París. La producción pictórica de Mary Cassatt, sin embargo, se vio interrumpida casi del todo al final del último decenio del siglo XIX: problemas en los ojos cada vez más graves le impedían pintar.

La lectora, c. 1878, Mary Cassat, Colección privada
La lectora, c. 1878, Mary Cassat, Colección privada.
Dama en la mesa de té, 1883-1885, Mary Cassatt, Nueva York, Metropolitan Museum of Art
Dama en la mesa de té, 1883-1885, Mary Cassatt, Nueva York, Metropolitan Museum of Art.


Bibliografía

Laurent Manoeuvre. Mary Cassatt, au cœur de l’impressionnisme. À propos Eds. 2018
Dominique Lobstein. Mary Cassatt, Enfances. Des Falaises, 2018.
Daniel Kiecol. La peinture américaine. La grande parade de l’art, 2021
Collectif. La peinture américaine. Gallimard, 2002
Collectif. L’Impressionnisme. La Petite Collection de l’Art. Taschen, 2020