El Caumont Centre d’Art de Aix-en-Provence en colaboración con la Tate Britain (Londres), el Centro Pompidou (París) y el Metropolitan Museum of Art (Nueva York) presenta la exposición Sisley el impresionista, una exposición monográfica itinerante co-organizada por Culturespaces y el Bruce Museum de Greenwich (Connecticut). Sesenta obras, algunas de las cuales rara vez han sido presentadas al público, se han reunido para esta exposición que recorre las diversas etapas de la obra de Alfred Sisley (1839-1899) a través de los lugares frecuentados por el pintor. Más que cualquier otro impresionista, Alfred Sisley se dedicó en cuerpo y alma a la pintura de paisaje, permaneciendo siempre fiel a los principios fundacionales de este movimiento. Probablemente inspirado por John Constable en su manera de pintar los paisajes, Sisley llevaba a cabo una identificación visual sistemática de lugares específicos, apoyándose en sus conocimientos y experiencia. Los examinaba de forma minuciosa para formar un conjunto coherente de planos, tomando nota de las diferencias entre las escenas sujetas a los cambios de luz, al tiempo y a la estación. La habilidad con la que Sisley fue capaz de capturar los reflejos de la luz sobre el agua, el brillo del sol de invierno sobre la nieve y la escarcha, los árboles moviéndose en el viento, la intensidad de las escenas rústicas o la inmensidad de los cielos de su región – la Isla de Francia – realizando, a lo largo de su carrera, obras conmovedoras  que, como poemas, invitan a una tranquila contemplación.

Bajo el puente de Hampton Court, 1874, Alfred Sisley (Winterthour, Kunstmuseum)

Cubriendo toda la carrera de Sisley, desde las obras presentados en el Salón de 1860 hasta sus vistas de la pintoresca aldea de Moret-sur-Loing en la década de 1890, la exposición explora la influencia artística de Sisley y su relación con sus compañeros impresionistas. Se invita al visitante a descubrir las estrategias pictóricas radicales de Sisley en la década de 1870, la influencia de las estampas japonesas, de la fotografía, del arte holandés del siglo XVII, pero también la de los paisajistas románticos como Constable y Turner, y la relación entre su obra gráfica y su pintura. También se hace hincapié en las dos últimas décadas de su vida donde su pintura al aire libre muestra una ejecución todavía vigorosa, y un enfoque cada vez más decidido. Fotografías de archivo de los paisajes que Sisley tuvo ante sus ojos, se comparan con las obras pintadas para ilustrar el método de identificación específico del pintor. Dado que este método dictó su tratamiento del paisaje de un extremo a otro de su carrera, la exposición se desarrolla cronológicamente a lo largo de los parajes que el artista amaba, ya sea en los que vivió – Louveciennes, Marly-le-Roi, Sèvres, Veneux-Nadon, Moret-sur-Loing – o en los que hizo estancias cortas  – Villeneuve-la-Garenne y Argenteuil en 1872, Hampton Court, al oeste de Londres, en 1874, y la costa sur de Gales en 1897.