Giotto, Italia. De Asís a Milán

hasta 10-01-2016

Milan, Palazzo Reale

La muestra más importante de la Expo 2015 de Milán reúne catorce pinturas de uno de los padres del arte occidental y por primera vez en siete siglos sale de los Museos Vaticanos el Políptico Stefaneschi, pintado para el altar mayor de la primera Basílica de San Pedro. Una obra maestra absoluta que marca un hito en la historia del arte. La pintura de Giotto di Bondone (1267 – 1337) se libera de las convenciones y normas impuestas por un milenio de tradición bizantina para alcanzar una representación naturalista de los hechos de los personajes. Giotto comenzó a trabajar en Asís en los frescos dedicados a san Francisco, ilustrando episodios de la vida del santo que se desarrollan en espacios naturales o en arquitecturas muy concretas y con las figuras en movimiento. Trató de expresar no sólo los hechos, sino también las emociones. Para lograr este objetivo, Giotto no dudó en colocar a los personajes en el espacio pictórico, mostrándolos no sólo de cara o de perfil, sino también de espaldas. La gran capacidad de comunicación de Giotto se fue enriqueciendo gradualmente con nuevas posibilidades. Los frescos de Giotto de la Capilla de los Scrovegni en Padua (hacia 1304) son particularmente significativos, así como la serie de pinturas de la Basílica de Santa Croce en Florencia. En los últimos años de su vida, Giotto se dedicó a la arquitectura construyendo el campanario de la Catedral de Florencia.

Giotto, Polyptyque Baroncelli

Políptico Baroncelli, h. 1334, Giotto, vers 1334, (Florencia, Santa Croce, capilla Baroncelli)

Contemporáneo de Dante y  como él originario de Florencia, Giotto transpone en la escena artística los sentimientos más profundos de la gente, restaurando así la identidad del individuo y su papel en la historia. Cada figura ocupa un lugar en el espacio y tiene volumen. Es por eso que Giotto se considera un precursor de la perspectiva renacentista y padre de  la pintura moderna. Las obras exhibidas en esta magnífica exposición siguen los pasos de la carrera de este pintor a través de la evolución de su lenguaje artístico durante sus estancias en Roma, Asís, Bolonia, Florencia, Rímini, Pádua y finalmente Milán, donde, poco antes de su muerte, fue llamado por Azzone Visconti para decorar el Palacio Ducal.