Pierre Bonnard, pintar Arcadia

17-03 al 19-07-2015

Paris, Musée d’Orsay

La trayectoria artística de Pierre Bonnard (1867-1947) transcurre a caballo entre los siglos XIX y XX. Figura prominente cuyas obras están dominadas por el color, la personalidad de Bonnard se perfila entre el impresionismo tardío, el movimiento Nabi del que fue uno de sus principales representantes, para luego independizarse de cualquier movimiento artístico y liberarse de ataduras formales, desarrollando una imagen muy personal. Prevalece entonces su mirada sensible al mundo que le rodea en el que una naturaleza encantada, vibrante y luminosa se opone a la realidad.[:] Bajo una apariencia de tranquila sencillez, la obra de Bonnard es compleja, llena de matices, situada fuera del tiempo real. Esta visión que el pintor va orquestando entre París, Normandía y los paisajes de Provenza, estimulara la creatividad de otros grandes pintores, desde Matisse a Balthus pasando por la joven generación de artistas abstractos franceses y americanos de posguerra, representada sobre todo por Bazaine, Sam Francis o Rothko. Practicando el arte bajo múltiples formas – pintura, dibujo, estampa, arte decorativo, escultura, fotografía –, Bonnard defendió una estética esencialmente decorativa, nutrida por incisivas observaciones y con mucho humor, procedentes de su entorno inmediato. Desde el cuadro pequeño hasta el gran formato, del retrato al bodegón, de la escena íntima al tema pastoral, del paisaje urbano a la decoración inspirada en la Antigüedad, la obra de Bonnard nos revela un artista instintivo y sensible. Su paleta de colores llamativos y luminosos, hace de él uno de los principales actores del arte moderno y un representante eminente de los pintores arcadianos.