Juan Gris: Biografía

Juan Gris : Artista de vanguardia.

Juan Gris, uno de los artistas favoritos de la coleccionista de arte Gertrude Stein y el único cubista con talento suficiente para incomodar a Picasso, construyó sobre los cimientos del primer cubismo y dirigió el movimiento en nuevas direcciones. Miembro del estrecho círculo de artistas de vanguardia que trabajaban en París, Gris adoptó los espacios pictóricos radicalmente fragmentados de Pablo Picasso y Georges Braque, imprimiendo a sus obras un aspecto audaz y gráfico. Las pinturas de Gris se distinguen inmediatamente de las de ellos, gracias a su formación como ilustrador, por su aspecto pulido, casi comercial, y elementos de diseño nítidos. A diferencia de sus amigos, no tomó a Cézanne como punto de partida. Transtornó los métodos del maestro de Aix, diseñando en primer lugar una estructura pictórica abstracta, tectónica, y luego insertando los objetos en ella.

Violín con frutero, 1925, 
Juan Gris
Violon et compotier (Violín con frutero), 1925,
Juan Gris, París, Centro Pompidou.

Mientras que Picasso y Braque se deleitaban destruyendo las convenciones de la pintura, el principal objetivo de Gris era agradar a la vista. En palabras del propio artista: «prefiero la emoción que corrige la regla». A pesar de su tratamiento radical del espacio pictórico, sus composiciones equilibradas, sus colores saturados y sus temas tradicionales popularizaron el movimiento vanguardista. Al igual que Picasso y Braque, incorporó a su obra el papel de periódico y los anuncios publicitarios. Sin embargo, mientras que ellos tendían a cortar estos elementos en pedacitos, él dejaba intactos los anuncios y el papel de periódico, como si quisiera preservar la integridad de los originales. Al elevar la cultura popular al ámbito del arte elevado, Gris es un importante precursor de los artistas dadaístas y pop, entre ellos Marcel Duchamp, Stuart Davis y Andy Warhol.

Naturaleza muerta con libro, 1913, Juan Gris
Nature morte au livre, (Naturaleza muerta con libro), 1913, Juan Gris,
París, Centro Pompidou.

Juan Gris fue uno de los visionarios (poetas, coreógrafos, músicos y artistas visuales) que construyeron caminos entre las artes. Sus trajes para los Ballets Rusos demuestran su compromiso con la colaboración interdisciplinar, una idea que cobró impulso y se convirtió en fundamental para el arte contemporáneo.

Infancia y formación inicial

El que se convertiría en Juan Gris, una de las principales figuras de la pintura cubista, nació en Madrid en 1887 con el nombre de José Victoriano Carmelo Carlos González-Pérez. Decimotercero de catorce hermanos, asistió a la Escuela de Artes y Manufacturas de Madrid de 1902 a 1904, donde estudió matemáticas, física y dibujo mecánico. Aunque era un buen estudiante, la rigidez de la vida académica no le atraía, y su habilidad natural para el dibujo le animó a centrarse en el estudio del arte. Tras abandonar la escuela, estudió pintura bajo la tutela de José Moreno Carbonero, un respetado y exitoso artista madrileño que había sido profesor de Salvador Dalí y Picasso. En 1905, mientras trabajaba con Carbonero, González-Pérez cambió su nombre por el de Juan Gris. Vendió todas sus posesiones y, en 1906, poco después de la muerte de su padre, se trasladó a París, ciudad en la que permanecería gran parte de su vida. Durante sus primeros años en París, trabajó como ilustrador y caricaturista satírico para diversas revistas y publicaciones periódicas. Se instaló en la comuna de artistas de Montmartre, el Bateau Lavoir, donde conoció a Picasso, Braque, Matisse y a la escritora estadounidense Gertrude Stein, que se convertiría en admiradora y coleccionista de su obra durante toda su vida.

Tres personajes en un terreno de aviación, 1911, Juan Gris
La Víctima, 1911, Tres personajes en un terreno de aviación, 1911, Juan Gris, París, Centro Pompidou.
Tres lámparas, 1910-1911, Juan Gris
Tres lámparas, 1910-1911, Juan Gris,
Berna, Kunstmuseum.

A medida que entablaba relaciones con otros artistas, empezó a dedicar más energía a su propia pintura. Siguiendo los pasos de Picasso y Braque, trabajó inicialmente en el estilo que más tarde se definiría como cubismo analítico, conocido por su color monocromático, el uso de cuadrículas y la descomposición de un tema en planos geométricos. Aunque era evidente que sentía un enorme respeto por Picasso, es posible que el mayor se sintiera amenazado por el talento del más joven, o simplemente molesto por sus halagos, lo que llevó a Stein a señalar que «Juan Gris era la única persona a la que Picasso deseaba alejar».

A pesar del carácter de su relación con Picasso, el retrato de su mentor fue aclamado por artistas y críticos cuando se expuso en el Salon des Independants de 1912. Ese mismo año, firmó un contrato que otorgaba al marchante de arte alemán Daniel-Henry Kahnweiler (que también trabajaba con Picasso y Braque) el derecho exclusivo a vender su obra. Tras varios años de dificultades económicas en París, el acuerdo le proporcionó mayor estabilidad y permitió que su obra llegara a un público más amplio e influyente.

Naturaleza muerta con violín y vaso, 1913, Juan Gris,
Violon et verre (Naturaleza muerta con violín y vaso), 1913, Juan Gris,
París, Centro Pompidou.

Periodo de madurez

Aunque muchos reconocieron su talento por derecho propio, la obra de Juan Gris siguió el austero estilo monocromático del cubismo analítico a principios de la década de 1910, y se orientó hacia el cubismo sintético -una fase posterior, distinguida por un uso más amplio y audaz del color y un enfoque de la composición similar al collage- a partir de 1914. Alejándose en cierto modo de Picasso y Braque, su obra de este periodo se distingue por su alejamiento de la abstracción y el uso de colores brillantes y armoniosos en atrevidas combinaciones. Por esta época, Gris y otros cubistas empezaron a incorporar a sus cuadros elementos de collage, como periódicos y papel pintado. El cuadro Flores representa el tocador de mármol de una mujer con un jarrón de rosas, una taza de café y el periódico de la mañana. Un espejo oval inclinado refleja un papel pintado con estilizadas orquídeas Art Nouveau. El periódico y el papel pintado (retazos literales de la vida cotidiana) nos obligan a considerar el tema a través de la óptica de la modernidad. A Gris le gustaba especialmente recompensar al espectador con mensajes ocultos. Si nos fijamos bien, vemos una segunda taza de café y una pipa camufladas en la mesa, prueba de que la dama no está sola.

Flores, 1914, Juan Gris
Flores, 1914, Juan Gris,
Nueva York, Metropolitan Museum.

El cuadro Naturaleza muerta con mantel a cuadros de 1915 se puede considerar como el complemento masculino de Flores. Aquí, una pequeña mesa de bistró con un mantel a cuadros casi desborda de objetos: una botella de vino tinto, un racimo de uvas, tazas de café, una botella de cerveza, un robusto tarro de cerámica con conservas, posavasos y un periódico francés. Como el cuadro Flores, la obra también contiene un mensaje oculto, esta vez en referencia a su España natal: una cabeza de toro. El hocico es la taza de café situada en la parte inferior del lienzo, la oreja es la botella de Bass Ale de la derecha y el «ojo del toro» es el posavasos en blanco y negro de la izquierda. Se trata de un recordatorio conmovedor de que el artista seguía pensando en su tierra natal, aunque nunca pudiera volver a ella. Rompiendo las reglas combinando el «bajo arte» (elementos de diseño como el logotipo de la botella de cerveza y la tipografía de los periódicos) con el «alto arte» (elementos tradicionales de la naturaleza muerta), Naturaleza muerta con mantel a cuadros ilustra la brillantez del artista en la promoción del objetivo del cubismo: hacer algo nuevo a partir de las conexiones entre la vida y el arte.

Naturaleza muerta con mantel a cuadros, 1915, Juan Gris
Naturaleza muerta con mantel a cuadros, 1915, Juan Gris, Nueva York, Metropolitan Museum.

Al igual que les ocurrió a muchos artistas de la época, el estallido de la Primera Guerra Mundial supuso para Juan Gris un cambio radical en su vida personal y profesional. La guerra interrumpió su relación comercial con Kahnweiler, aunque recibió ayuda financiera de Gertrude Stein. También pasó tiempo con Matisse en su estudio de Collioure, en el sur de Francia, cerca de la frontera española. En 1916 firmó un nuevo contrato con el marchante de arte francés Leonce Rosenberg, otro coleccionista de arte moderno de enorme influencia. Su obra de los primeros años de la guerra examina la interacción entre los objetos y sus sombras, y reintroduce complicadas intersecciones planas, suntuosos colores y texturas.

La botella de anís, 1914, Juan Gris
La bouteille d’anis (La botella de anís), detalle, 1914, Juan Gris
Madrid, Museo reina Sofia.

Hacia el final de la guerra, Juan Gris pasó varios meses en Touraine, la región natal de su esposa francesa Josette. Este periodo, único en su arte, se centra en representaciones de figuras campesinas tradicionales, lo que le vincula a un cambio más amplio entre los artistas europeos durante y después de la guerra. El cuadro Le Tourangeau (El hombre de Touraine), de 1918, refleja el retorno a los valores, temas y formas tradicionales en la obra de Gris, y es típico de la pintura vanguardista en general en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Más que un individuo concreto, el viejo campesino del cuadro es un residente arquetípico de la zona, llevando la indumentaria tradicional de la región. Con tonos más sombrío que muchas de sus obras precedentes de estilo cubista sintético, y más esquemático, limitado a una figura y algunos objetos dispuestos en dos planos distintos, la representación que hace Gris de un campesino, expresa un estado de ánimo nostálgico y el anhelo de un modo de vida tradicional en una época caótica e incierta.

El hombre de Touraine, 1918, Juan Gris
Le Tourangeau (El hombre de Touraine), 1918, Juan Gris, París, Centro Pompidou.

Aunque Gris pasó por períodos de enfermedad y dificultades económicas durante los años de la guerra, su reputación no dejaba de crecer. Su primera gran exposición individual tuvo lugar en la Galerie l’Effort Moderne, de Rosenberg, en París, en 1919. Al año siguiente, participó en la última gran exposición de pintores cubistas en el Salon des Independants.

Le petit Déjeuner, 1915, Juan Gris
Le petit Déjeuner, 1915, Juan Gris,
Paris, Centre Pompidou.

En Arlequín con guitarra de 1918, personaje típico de la commedia dell’arte (una forma de teatro de máscaras que tuvo su origen en la Italia del siglo XVI) y una figura farandulera con tendencia a actuar por capricho y pasión. Arlequín, un tema consagrado en el arte y una de las figuras favoritas de Picasso, aparece en aproximadamente 40 de sus obras realizadas entre 1917 y 1925. Aquí, la formación de Juan Gris como ilustrador es visible en los ojos y la boca caricaturescos, y en las brillantes líneas gráficas que trazan la figura y su traje. Los tonos cálidos y el tema, tan familiar, confieren a la obra una estabilidad tranquilizadora, destruida en cierta medida por detalles como los nudillos, que parecen deslizarse fuera de la mesa, y los dedos de la mano derecha de Arlequín, que reproducen el contorno de la guitarra.

Arlequín con guitarra, 1918, Juan Gris
Arlequín con guitarra, 1918, Juan Gris, Nueva York, Metropolitan Museum.

Periodo tardío

Juan Gris había pintado prolíficamente durante y después de la guerra, aunque en 1920 enfermó de pleuresía, una inflamación pulmonar que entonces se confundía a menudo con la tuberculosis. Para recuperarse, pasó el invierno en Bandol, en la costa sureste de Francia. Allí se reunió con el famoso empresario de ballet ruso Sergei Diaghilev, y ambos discutieron ideas sobre la puesta en escena y el vestuario de las próximas producciones. Sus conversaciones acabaron dando lugar a una plena colaboración, y Gris diseñó el vestuario y los decorados del Ballet Ruso de 1922 a 1924.

La mesa del músico, 1926, Juan Gris
La table du musicien (La mesa del músico), 1926, Juan Gris,
Madrid, Museo reina Sofía.

En 1923 se celebraron importantes exposiciones de la obra de Juan Gris en la Galerie Simon de París y en la Galerie Flechtheim de Berlín y, en 1925, en la Galerie Flechtheim de Düsseldorf. Fue durante estos años cuando alcanzó la cima de popularidad y renombre que conocería toda su vida. En 1924, pronunció en la Sorbona su conferencia «Des possibilites de la peinture», en la que expuso su convicción de que el arte y la estética eran una cuestión de vida o muerte. En ella describe su creencia de que un cuadro no es una mera representación de un objeto real, sino algo que el artista recrea y reinterpreta a través de su oficio.

Le tapis bleu, 1925, Juan Gris
Le tapis bleu, 1925, Juan Gris, Paris, Centro Pompidou.

El misterioso cuadro de Gris de 1927, Mujer con cesta, representa a una mujer que sostiene una cesta de mimbre con verduras, frente a una ventana ovalada o un espejo. El peinado, su rostro y vestimenta recuerdan las representaciones femeninas griegas y romanas, lo que ilustra el renovado interés de los pintores europeos por el clasicismo y la representación tradicional de las formas tras la Primera Guerra Mundial. Al igual que Arlequín y El hombre de Touraine, se trata de un tipo generalizado más que de un individuo, quizá una diosa de la cosecha o la musa de un artista. La cesta, un elemento de naturaleza muerta, recuerda sus cuadros anteriores. El mensaje oculto aquí es menos obvio, y sin embargo más convincente: el óvalo detrás de la figura (ya sea una ventana o un espejo) es oscuro, sugiriendo la proximidad de la muerte. Esta obra, una de las más fuertes y conocidas del artista, demuestra que éste se mantuvo en la cumbre de su poder hasta el final de su carrera.

Mujer con cesta, 1927, Juan Gris
La femme au panier (Mujer con cesta), 1927,
Juan Gris, Colección privada.

Juan Gris, no pudo disfrutar de sus éxitos durante mucho tiempo debido a sus continuos problemas de salud, que fueron empeorando. En 1922, se trasladó del centro de París a la zona suburbana de Boulogne-sur-Seine, con la esperanza de que un ambiente rural más tranquilo aliviara su asma crónica. Desde finales de 1925, luchó contra constantes dolencias renales y cardiacas. Murió en 1927 de insuficiencia renal, dejando a su mujer y a su hijo pequeño. Sólo tenía 40 años. En respuesta a la muerte de Gris, Gertraud Stein escribió un memorial titulado Vida y muerte de Juan Gris, en el que lo describe como «un pintor perfecto».

El legado de Juan Gris

Juan Gris se consolidó como una de las figuras más distintivas del cubismo durante su relativamente corta vida. Sus pinturas combinan diferentes puntos de vista de un tema en una sola imagen, llamando la atención sobre las limitaciones de la perspectiva tradicional y luchando por una nueva forma de ver que refleje la complejidad de la era moderna. Aunque asociado principalmente a la pintura, el cubismo también ejerció una profunda influencia en la escultura y la arquitectura del siglo XX. Los conceptos formales liberadores iniciados por el cubismo, también tuvieron consecuencias trascendentales para el surrealismo, el dadaísmo y el auge del expresionismo abstracto de mediados de siglo. Aunque a Picasso y Braque se les suele atribuir la creación del nuevo lenguaje visual del cubismo, su peculiar interpretación del estilo influyó directamente en artistas como Salvador Dalí, Joseph Cornell y Diego Rivera, entre muchos otros. En La vida secreta, Dalí escribe: «mis primeros cuadros cubistas… estaban directa e intencionadamente influidos por Juan Gris». Su incorporación de logotipos de marcas y tipografía de periódicos también anticipa el movimiento pop art de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, especialmente en las obras de artistas como Andy Warhol y Roy Lichtenstein.

Bibiliografía

Daniel-Henry Kahnweiler. Juan Gris. Gallimard, 1990
Collectif. L’Art au XXe siècle. Taschen, 1998
M. Dolores Jiménez Blanco. Juan Gris. Correspondencia y escritos. Acantilado
Paz García Ponce de León. Juan Gris. La pasión por el cubismo. Libsa, 2008